viernes, agosto 31, 2007

¿Y donde está la candidata?



¿Y la candidata?


gar_pro@hotmail.com

Ésa, precisamente ésa es la pregunta que no dejan de hacerse los priistas de Puebla.Y es que la campaña de Blanca Alcalá ha resultado tan, pero tan blanca que ya se volvió transparente. No se ve por ningún lado. No pesa, no fluye, ni influye.

Rehén de intereses ajenos, débil en la postura, frágil en el discurso, sigue sin aparecer y sin posicionarse como una opción realmente competitiva. ¿Será que sigue en la etapa de la planeación?Aunque algunas encuestas serias hablan de que ya alcanzó a su rival del PAN, la verdad es que eso se explica gracias al vacío mediático que por unos 15 días dejó Toño Sánchez y que ella llenó mediante varios, y certeros, tiros de propaganda. Malo que Blanca no aprovechara y que con la inversión realizada no hubiese crecido.

Grave, gravísimo que, con todo eso, hubiese retrocedido.La percepción es que, aunque capaz y con experiencia, le está faltando carácter y coraje. Bueno, hasta la planilla de regidores le impusieron. Salvo algunos nombres aislados, las propuestas de regidores no son suyas, sino de otros. De otros que vieron por su propio futuro y que abogaron por sus recomendados a cambio de un apoyo que hoy ya hasta se pone en duda, por así convenir a sus intereses.

Colgada de frases y lugares comunes (“Es que la gente ya me conoce” o “Soy una mujer de resultados”) que nada dicen al sector del padrón donde se definirá la elección (el voto switcher), la Alcalá no avanza ni impacta.Y es que, además, partió con desventaja respecto al candidato panista, quien, más eficaz, al menos arrancó con un acto que, aunque muy criticado, le permitió marcar un antes y un después simbólico.

“Ya estoy aquí y voy por todo,” quiso decir al “tapar” un bache. ¿Y Blanca? ¿Ya llegó?

¿Ya se va? ¿No sabe que quien pega primero, pega dos veces?Lo peor para Blanca es que si se confirma la candidatura de Susana Wuotto por la coalición PRD-Convergencia, habrá perdido su más importante atributo positivo de cara a los electores: el hecho, de suyo valiosísimo, de ser mujer y la única en competencia. Si va lo de la perredista, la priista ya no será la única que podrá sacar ventaja de esa bandera –la de género– que había llamado la atención de una sociedad ávida de novedades y cambios políticos.

Más: Alcalá parece avergonzada del PRI, su partido y cuyos colores se esfuerza por ocultar en su propaganda, pero más aún de sus líderes y gobiernos. Y es que hasta hoy, cuando ha sido el caso, ha rehuido la defensa de Marín y Doger, hoy por hoy las dos figuras del tricolor de más peso electoral, pese a todo, en los capitalinos.En su discurso ante Beatriz Paredes, por ejemplo, omitió cualquier mención o referencia al primer priista de Puebla. Como si el góber precioso apestara. No es que le rindiera tributo pero, si es verdad que la forma es fondo, el detalle nada le quitaba. Ya ni se diga lo que pasa al preguntarle sobre el horroroso caso Cacho.

Simplemente no hay definición: ni a favor ni en contra. Y eso ya llama la atención.Respecto al alcalde, la misma historia. No es que tenga que defender a la persona; a él no le gusta, vive del pleito y puede solito, pero la verdad no se ve bien, ni cae bien entre los militantes, que la priista guarde total mutismo ante los justificados o injustificados ataques al gobierno de Doger –que hasta donde se sabe, sigue siendo priista–.

Por eso, cada vez más son los que se preguntan: ¿Y la candidata? ¿Dónde está?Si alguien la ve llame, por favor, a Locatel.

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