El Enigma del Pobre Niño Naranja.
No es un mal muchacho.Es un buen tipo.
Si acaso: un joven impetuoso.
Lo cierto es que José Juan Espinoza Torres, diputado local y presidente de Convergencia en Puebla, vive, él sí, una dualidad esquizofrénica poco común.
Y es que a la vez que dirige un partido de oposición al PRI, cobra como empleado del PRI en Casa Aguayo.(Y esto me lo dijo una fuente que pidió la gracia del anonimato).
El denominado “Niño Naranja” no es “niño” ni “naranja”.
Me quedo con la definición que de él hizo Eukid Castañón, vicepresidente nacional de Convergencia: “es un joven impetuoso”.
Y más: Joven impetuoso tricolor.Mal oculta Espinoza sus adicciones: es adicto al PRI y lo niega (aunque se fuma sus Delicados sin filtro en los baños de Casa Aguayo).
Y más: le hace hasta el trabajo sucio a su partido –al Revolucionario Institucional, no a Convergencia- al golpear a un partido incómodo para el PRI poblano: Acción Nacional.Por si fuera poco, en sus arremetidas contra los panistas utiliza el nombre de su presidente nacional, Luis Maldonado Venegas, a quien le adjudica sus descalificaciones.
¿Estará enterado Maldonado?Una duda: ¿qué habrá querido decir Eukid con eso de “joven impetuoso”?Allá en la sierra, cerca de Xaltepuxtla, así se les dice a los chamacos pendejos.Y es en serio.
Mario Alberto Mejía / Quintacolumna / Cambio
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